miércoles, 25 de febrero de 2009



Tenía la oreja cubierta de sangre. La sangre de un rojo cenizo muy oscuro con un olor a azufre. Limpié la bocina y la pantalla del celular con cierta delicadeza y sin mayor asombro. De pronto, me llegó un mensaje de texto, decía algo así: «entre seis y siete millones de muertos por conseguir el Coltan, y tú con dos teléfonos celulares». El líquido rojo se derramaba sin control. Necesitaba saber de donde venía todo el cochinero, entonces abrí el teléfono y me di cuenta que la culpa era de una pequeña pila. Dentro de ella estaba la causa histórica de un genocidio.

Dominar y explotar, dos palabras constantes en la Historia de la República Democrática del Congo En la RDC ya no se sabe que es mejor tener o no tener riquezas. Nacer rico es el error del Congo, tiene minerales, uranio, petróleo y diamantes… ¡faltaba más! Infortunado país por tener el 80% de las reservas del mundo del llamado “oro azul” o Coltan. Al descubrir este tesoro mágico los países productores de “tecnología” se dedicaron a comprárselo a los dictadores africanos a cambio de armas y dinero.


Actualmente las empresas de telefonía celular consumen el 60 % del Coltan del mundo, el resto en naves espaciales, pantallas de plasma, wireless, armas, entre otros. Es tan adorado que se vende aproximadamente en 300 dólares por 450 gr.


«Quien controla el Congo controla África, y quien controla África controla Europa». Bien lo supieron los europeos belgas, llegaron al Congo con la simple y perversa premisa de invertir lo mínimo para sacar lo máximo. Aplicaron la estrategia más compleja de un colonizador, la del Estado Bifurcado. Este se basa en tres puntos: tomar el poder político y militar, entregárselo a la etnia minoritaria e históricamente reprimida para engendrar enfrentamientos internos -entre etnias- y por último dedicarse a la tarea más importante que es la administración de los recursos.


En los años sesentas la independencia del Congo estuvo plagada por un terrible clima de confusión. Patrice Lumumba, líder independentista y Primer Ministro, buscaba unificar los territorios de las regiones del Congo. No lo conseguiría, pues su jefe militar Mobutu Sese Seko patrocinado por la CIA le daría un golpe de estado. Mobutu fue desapareciendo paulatinamente a los líderes congoleños para mantener su dominio por más de 35 años. El cambio democrático fue sólo una ilusión, pues esa dictadura convenía a muchos intereses e interesados.


Cuando Laurent Kabila derrocó a Mobutu e instauró una democracia hereditaria lo hizo rodeado de 10.000 “kadogo” (niños-soldados) y es esa misma mano de obra infantil la cual se utiliza abundantemente para obtener el Coltan. En esta historia nadie se escapa.


José Saramago dice: « se puede comprender que alguien se disculpe alegando “no sabía”, pero es inaceptable que digamos “prefiero no saber” ». No es cuestión de deshacerse de los celulares, es cuestión de inquietarse por la realidad para pensar… “otro mundo es posible”.



5 comentarios:

  1. Está chido el "artículo/ensayito", te está gustando al clase de África verdad? Votamos los celulares o qué onda..

    Gracias por la info.. creo que debería de informarme un poco más..

    Tengo una pregunta, qué tiene q ver la imagen? Están chidas, de quien son o q?

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  2. ¿Ven? Esto diré a partir de hoy cuando me pregunten por qué no cambio de celular. ¡Aunque el mío no suene y no reciba llamadas a veces no compraré otro porque estoy salvando a niños de África de las garras imperialistas!

    Gracias por darme la causa.



    (No, muy chido la verdad. Sí aprendiste a redactar con HV, ja.)

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  3. ¡Qué pinche mala leche comentario!


    Pero gracias por informarme. No creo que te lo hayan encargado a ti, según recuerdo tu lap también te odia.

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  4. La sangre era también por tan altas tarifas de celular.

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  5. A mí no acaba de convencerme este palabreo. Lo noto muy disperso, abordando temas que sí, convergen, pero sin hacer frente a ninguno en particular.
    Lo del coltán no queda bastante claro, además que la forma de abordar el tema está infestada de patetismo al principio, pero no continúas explotando ese recurso a lo largo del desarrollo -quizás embrollo- del palabreo.
    Es el mismo que se publicó en el periódico de la escuela ¿cierto? Para mí que el asunto se prestaba para una profundización mayor.
    La enunciación histórica de la dominación del Congo me parece desvinculada de lo esencial.
    No sé, me quedé con ganas de más.
    Saludos desde la hoguera

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